lunes, 4 de febrero de 2013

DÍA MUNDIAL EN LA LUCHA CONTRA EL CÁNCER


 Agárrate a la vida


Hoy 4 de febrero es  el Día Mundial de la lucha contra el Cáncer. Una enfermedad que no deja indiferente a nadie, ya que afecta a todos: NIÑOS, ADULTOS y ANCIANOS. Creo que es importante reflejar el avance médico en la detección precoz y en los tratamientos antineoplásicos. Aunque también quiero destacar que, por parte de las instituciones y organismos, la atención a las necesidades psicológicas es muy limitada. Existen muchas desigualdades entre comunidades, e incluso dentro de la misma comunidad autónoma. En muy pocos hospitales se encuentra el psicooncólogo integrado como unidad asistencial. La mayor parte de la atención se sigue dispensando a través de fundaciones y ONG’s.

El diagnóstico de una enfermedad oncológica y su tratamiento desestructuran la vida del paciente y su familia, ya que a pesar de los avances, sigue asociada a muerte y sufrimiento. Los pacientes se encuentran sometidos a importantes cambios amenazadores, entre los que se encuentran los directamente relacionados con su enfermedad y los efectos secundarios de los tratamientos, la angustia asociada a la incertidumbre, los tiempos de espera, el cambio en los roles del enfermo, la pérdida de ciertas capacidades funcionales y/o del trabajo, los cambios en la imagen corporal, el afrontamiento de la propia muerte y lo que ello conlleva.   

La percepción de amenaza, el miedo intenso y los sentimientos de desesperanza e indefensión están presentes en distintas intensidades a lo largo del proceso a los que el enfermo y su familia deben enfrentarse. Se considera que más del 50% de los pacientes muestran signos y síntomas psicológicos debido al elevado nivel de estrés al que deben hacer frente durante, y después de su enfermedad. Existe una situación de riesgo emocional para el desarrollo de reacciones emocionales desadaptativas y patologías psiquiátricas. Un 24% de los pacientes oncológicos presentan criterios diagnósticos para trastorno psicopatológico.

El estilo de afrontamiento y el nivel de ajuste o adaptación del paciente y su familia ante el cáncer va a depender de:

-          El grado de patología a nivel clínico.
-          os efectos de los tratamientos (cirugía, radioterapia, quimioterapia…).
-          El nivel y modo de información que recibe.
-          El apoyo social y los recursos ambientales.
-          Las competencias del paciente para hacer frente al estrés  y la disponibilidad de tratamiento psicológico.

Por ello, la línea de intervención psicológica tiene como objetivo facilitar la adaptación y mejorar la calidad de vida, intentando promover un adecuado afrontamiento por parte del enfermo y su familia durante todo el proceso de diagnóstico, tratamiento, seguimiento, recaída y final de la vida. Además de facilitar la adherencia terapéutica, implicando al paciente en la toma de decisiones médicas.

Los pacientes con cáncer tienen derecho al mejor tratamiento médico y al mejor cuidado. Y esto implica acoger sus miedos y preocupaciones. No huir de su sufrimiento y ayudarle a encontrarle un sentido a todo lo que están viviendo. Algo que parece tan sencillo, suele pasar desapercibido para los profesionales y familiares. El escuchar hablar del miedo a la muerte y de las preocupaciones sobre el futuro nos paraliza. En lugar de detenernos a escuchar continuamos con nuestra vida como si nada pasara, bloqueando cualquier tipo de emoción propia y de la persona enferma.  Tan importante es prevenir y curar como aliviar el sufrimiento y proporcionar el máximo bienestar. 



                          

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