Sé que no tengo el
poder de cambiarte, pero sí el poder de cambiarme a mí
Seguramente, en nuestras
vidas todos nos hemos encontrado con personas tóxicas, ya sea una
pareja, un amigo o un jefe o, nuestra propia familia. A veces, no nos
hemos dado cuenta de la categoría de estas personas y las dejamos
que entren en nuestra vida haciendo y deshaciendo según parezca. El
efecto que tienen sobre ti es muy dañino pues te genera un tremendo
malestar. Conocidos como“vampiros emocionales”, te sacan toda tu
energía exprimiéndola al máximo, y pudiendo adoptar distintas
formas. Celosos, paranoicos, asfixiantes y mentirosos. Vivimos en un
contexto donde es fácil generar relaciones de este tipo, y peor aún,
la personalidad tóxica también se puede propagar y acabe
contagiándote.
La forma más fácil de
ver, según creo yo, aquel que está todo el día hablando mal de
otros (y piensa que si lo hace es muy probable que también lo haga
sobre ti). Se queja por todo y además se cree el centro de atención.
Puede que sientas alivio cuando se va, pero normalmente te deja
agotado, con dolor de cabeza y con una sensación de desánimo
contagiada por su exceso de negatividad. Son absorventes y se creen
con razón en todo. Dentro de él está la verdad absoluta, y por
supuesto no te atrevas ni a rechistar. Pero lo único de cierto en
todo es que hay es un tremendo resentimiento, inseguridad y
hostilidad dentro de si mismo.
Luego te encontrarías a
la persona que te hace el vacío. Es aquella que te ignora, que se
comporta como si tú no existieras en la tierra, pero que
sorprendentemente sigue contando contigo para sus planes. Tú no
terminas de entender el motivo por el que te sigue llamando, pero al
final siempre sigues apuntándote a lo que te proponga.
Constantemente reevalúas tus hipótesis mentales e intentas hacer
predicciones futuras ¿me desplazará hoy también?¿tendrá
un mal día y por eso lo paga siempre conmigo?. Al final, supone
mayor desgaste ya que te pasas el tiempo intentando predecir qué le
pasa en la vida. Con sus desplazamientos consigue que te sientas
pequeñito, extrañado e incluso culpable de lo que sucede ¿habré
hecho algo mal? No, no lo has hecho. Así que apártate de alguien
así que sólo busca llamar tu atención para reforzar su bajo ego.
Pero también tenemos a
la víctima. Ese compañero de trabajo que está nada más que
lloriqueando, aludiendo a lo injusta que es su vida y sin embargo, se
muestra de lo más pasivo y no hace nada. El llamado mosquita
muerta es del que se suele decir “las mata callando”, o
en su caso llorando. Conoce bien su objetivo y sabe como
conseguirlo. Es experto en manipulación y se vincula a través del
victimismo, generando en el otro compasión y lástima. De ahí, que
muchas veces acabes cediendo a sus chantajes emocionales. Te hace
cargar con más trabajo y logra deshacerse de sus responsabilidades.
No caigas en sus redes, porque saben muy bien lo que hacen.
Confróntalos y diles las cosas claras.
Con los amigos hay que
tener especial cuidado, ya que ellos te conocen y saben tus
debilidades. Pueden cogerlas y manipularlas a su antojo, adaptando
sus comportamientos al fin que quieran conseguir. Pueden llegar a
mentirte o a contar verdades a medias. Ves que muchas veces deforman
la realidad a su antojo, utilizando un doble juego en el que pueden
insultarte y halagarte, prácticamente en la misma frase. Por lo
general, imponen sus propios criterios en los que tienes que respetar
su opinión y autonomía, pero no suelen respetar el de los demás.
Una clave para reconocerlos es que puedes sentirte agotado
mentalmente tras estar con ellos. Lo importante: no dejes que abuse de tu confianza y
ponle límites. Es imposible hacer razonar a lo irracional.
Y por último, tenemos a
aquella persona que se cuela en tu corazón, que mediante frases
hechas y demás palabras logra llevarte a su camino. Te hace
partícipe de sus temores y necesidades, implicándote activamente en
ellos, haciendo que desarrolles una necesidad de protección y ayuda
hacia él mismo. Pero lo que hay detrás es un juego de manipulación
y engaño, ya que no es coherente en su actitud y lo mismo te aprecia
que te desprecia. Ha venido por tu ayuda pero no a proporcionártela.
Y cuando se aprovecha de tu energía y ya has cumplido tu función de
salvador desaparece sin más, creando a su paso un cadáver
emocional. Sus intereses y necesidades ya están resueltas. Las tuyas
tendrás que asumirlas. Su único interés es él mismo. Cuando
alguien está dentro de tu cabeza es difícil hacerlo desaparecer,
pero es importante darse cuenta de que no has venido al mundo para
salvar a nadie. Una señal de detección sería que valorases los pequeños
detalles. Si te hacen sentir mal sus frases o algunas de sus actitudes te hieren, la realidad es que podría habérselas evitado. Ninguna persona debería crearte
malestar, y si te hace sentir así es que algo falla. Si estás en
algo así, sal y aléjate de esa persona. Construye un bloque en tu
distancia.
Crear vínculos sanos y
mínimamente cordiales, salir de las relaciones hiperasfixiantes, no
caer en las redes de la manipulación, pero sobre todo cuidarse y
desarrollar una sana autoestima. Si somos capaces de tomar nuestras
propias decisiones, ser dueños de nuestra vida y estar satisfechos con
nosotros mismos, es mas probable que tengamos relaciones y lazos
positivos y que nadie pueda influenciar ni determinar nuestra
autonomía.
Escucha tus emociones, no las ignores y procura expresarlas por los canales adecuados, de lo contrario te harán daño