martes, 13 de noviembre de 2012

CRISIS ECONÓMICA ¿QUIÉN HABLA DE SUS IMPLICACIONES PSICOLÓGICAS?


En estos últimos días los medios de comunicación nos están informando acerca de los terribles desahucios que están viviendo las familias españolas, cuyo desencadenante más preocupante y directo ha sido el suicidio de dos personas y el intento fallido de otra. El suicidio es la tercera causa de muerte en nuestro país, seguido de las enfermedades cardiovasculares y el cáncer. Según el INE, en 2010 se suicidaron en España más de 3000 personas y aunque el suicidio es un problema gravísimo, me planteo hasta que punto es prudente que los medios hablen sobre este asunto, o por el contrario sea mejor omitirlo. En numerosos estudios, se ha comprobado que las noticias sobre suicidios pueden inducir a intentos autolíticos en personas susceptibles. En el asunto de los desahucios ¿qué tipo de influencia  se está ejerciendo? Es cierto que los medios de comunicación tienen mucho poder en temas de salud, pero todo depende de cómo se trate la información. Pueden ayudar en la prevención del suicidio o pueden precipitarlo.

La consecuencia más directa de la crisis económica que afecta en mayor grado a las personas es la pérdida de empleo. Trabajar es una expectativa social y cultural adquirida desde la infancia y, desde entonces continuamente reforzada a través de las influencias de la escuela, la familia y los medios de comunicación. No sólo es la fuente de poder adquisitivo para la persona, también estimula el desarrollo personal y el autoconcepto. El primer gran impacto del desempleo en la sociedad es el llamado Síndrome de Invisibilidad. Cuando las personas padecen este síndrome sienten que no las “ven”, vagan por la ciudad observando que todo a su alrededor sigue funcionando y que sin embargo ellos ya no pertenecen al mercado productivo.

A partir de ahí, la sensación de fracaso y derrota deriva en un malestar aún mayor. Si el desempleo continúa, lo cual es muy habitual, y la persona no es capaz de afrontar la situación de forma adecuada, pueden aparecer pensamientos negativos relacionados con la incapacidad personal y la reestructuración del cambio de status social y económico. Estos factores pueden acabar produciendo trastornos de ansiedad, episodios depresivos y ataques directos a la autoestima. Más aún, ¿qué es lo que lleva a la persona a quitarse la vida? Es importante aclarar que el suicidio es un fenómeno en el que intervienen múltiples factores. El desahucio es un trampolín que precipita el acto, pero detrás hay un grave problema psicológico y/o psiquiátrico que predispone a la persona a actuar de esta manera.

Existen dos hechos traumáticos para el ser humano que son la pérdida de un hijo o familiar y la pérdida de la seguridad. El hogar es un símbolo de seguridad. Es una extensión de la propia personalidad. Hemos sido educados en un modelo social que enfatiza la importancia de adquirir una vivienda como forma de crecimiento personal. La preocupación en torno a la pérdida puede provocar una reacción de estrés tan grande que supere la de los propios trastornos de ansiedad. Perder la casa es perder la seguridad, quedarse en la nada, sentirse vacío y sin sentido. Esto lleva a la persona a cometer un hecho desesperado donde no hay más salida que quitarse la vida.

Sin embargo, el suicidio se puede evitar y para poder prevenirlo es necesario que las personas hablen sobre el tema, que puedan acudir a un profesional que les pueda tratar y muy importante es pactar con ellos  un aplazamiento en su decisión de quitarse la vida. Por ello, no únicamente es necesaria la modificación de la ley hipotecaria sino que habría que mejorar el acceso al sistema sanitario para prevenir consecuencias desastrosas. Mas allá de las implicaciones financieras y económicas que trae consigo el tema de los desahucios, tendríamos que hacer una seria reflexión acerca de las consecuencias psicológicas y personales de un problema que debería formar parte de la responsabilidad social, del sistema político, del sistema bancario y en general de toda la sociedad.  




1 comentario:

  1. Últimamente han salido algunos artículos de este tipo ya que el malestar que genera la crisis en todos los ámbitos personales es muy fuerte y parece que nadie había querido hablar de sus consecuencias psicológicas.
    Poco a poco encontramos en los medios nuevos enfoques de nuestra disciplina.

    Felicidades por el blog!

    Sergi Alern
    www.sobrepsicologia.es

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